Hoy
quería hablar de las “tareas”, aunque ya escribí un poco en mi
primer post de Encerrados
por el virus sobre las actividades que hemos estado haciendo en
casa.
La
verdad que yo nunca he sido muy fan de manualidades cuando era
pequeña, me gustaba más el dibujo que de recortar y pegar.
Desde
el primer día confinamiento empezamos con pequeñas actividades por
nuestra cuenta. Propuse en el grupo de padres y madres del cole de
compartir allí las actividades de nuestros hijos para así apoyarnos
mutuamente, dar ánimos y también coger ideas. Fue un acierto y nos
ha servido esto durante el primer mes de confinamiento.
Luego ya llegó el blog del cole con las propuestas de la semana y empezamos a enviar nuestros “trabajos” a la profe por Telegram, empezamos a tener unas rutinas ya más marcadas de qué habilidades hay que trabajar, un montón de propuestas de trabajo muy chulas.
También recibimos cada semana cuentos contados por las profes que nos ha venido muy bien, porque los nuestros los tenemos ya requeteleídas y no había forma de comprar más. Aunque a Leire le gustan mucho más los cuentos en papel y yo también prefiero antes de dormir leerle un cuento en papel de toda la vida. Ya hay mucho uso de pantallas en mi casa y por mucho que intento reducirlo, nos cuesta mucho. Cada vez que se aburre un poco, va y enchufa la tele y se queda tan pancha en el sofá. Creo que no me quedará otra que “sabotear” la tele, le quito la antena y diré que la tele se ha recalentado o algo. :)
Volviendo a las tareas, la verdad que he disfrutado como una enana haciendo “deberes” con Leire de 4 años.
A
esta edad es muy importante trabajar la motricidad fina. Hay cantidad
de juegos chulos de motricidad fina y hemos probado unas cuantas.
Por
ejemplo, un día cogí una huevera de huevos de codorniz que tenía
por casa y saqué una bolsita con perlas que he ido guardando de las
pulseras rotas. Tengo un montón y de diferentes colores. ¡Y ha
ocurrido un milagro, se puso a sortearlos por colores y tamaños ella
solita y así durante una hora había paz y silencio en casa!
Yo
me quedé patititusa cuando la vi con el trabajo casi terminado y tan
concentrada que salí de ahí a hurtadillas.
Usamos
mucho el cuentagotas. El ejercicio del cole consistía en poner en
cada hueco del lego una gota. Como le gustaba tanto el juego con
cuentagotas, no ha parado de hacer sus “pócimas contra el virus”,
mezclando colores, ingredientes de cocina que me va robando a
escondidas y luego pasando con cuentagotas de un sitio a otro.
También
hemos hecho “dibujos mágicos”, se hace con el papel de cocina.
Necesitas un rotulador permanente negro y rotuladores de colores.
Haces el dibujo con el marker negro en una parte, doblas la hoja por
la mitad y por debajo dibujas los colores. Al mojar el papel se
“colorea” solo.
La
plastilina no ha podido faltar, hemos creado un huerto de plasti
encima de una plancha de lego, plantando hasta semillas de lenteja
que luego regábamos con el cuentagotas.
Cuando
agotamos la plastilina, probamos hacer plastilina casera. Bueno, el
resultado no fue tan chulo como en la receta. Tampoco tuve en casa
colorante. La próxima receta que probamos era la pasta de sal. Es
muy fácil, solo hay que mezclar una cucharada de sal fina, dos
cucharadas y media de harina de trigo y dos cucharadas de agua. Así
sale una cantidad justa y necesaria. Esta vez fui más creativa y usé
acuarelas para teñir las partes de la masa en cinco colores
diferentes. Me gusta más esta textura. Luego para que se conserve,
es mejor meterlo en el tupper y guardarla en la nevera. Así se puede
usar muchas veces. Jugamos a la panadería, hicimos panes, pastas y
bollos de todo tipo, decorando con unos toppings que tenía en el
armario caducados. Y también hicimos figuras, como esta flor, unos
relieves usando conchas, etc.
Al
final, el confinamiento ha sido para mí como una prueba de
creatividad. Todo lo que encontraba en la cocina valía para algo.
Los macarrones y lentejas para hacer series, jugar a la cocinita.
También usamos arroz, cubrí el fundo de una caja de zapatos suya
con arroz y la usamos como pizarra. Bueno, de allí el arroz fue
viajando a diferentes cacharritos y acabó por todo el suelo. Esto es
inevitable. Preparate la escoba si dejas tus hijos jugar todo esto.
(Mientras escribo, pienso que me faltan los emoticonos, usaría mucho
de este con riendo con lágrimas en los ojos.)
¿Qué
más?, dibujos con la técnica de arrancar papeles de colores y
pegando. Copiamos el dibujo de su vestido de sandías, añadimos unas
nubes, una zanahoria y aprovechamos también repasar el vocabulario
en inglés, un poco de escritura. Me encanta mezclar diferentes
habilidades en la misma actividad, así matamos varios pájaros de un
tiro.
Desde
el cole nos mandan actividades lógicas, por ejemplo de asociar
cantidades con números, ejercicios de repetir los colores en un
orden y las direcciones, las simetrías.
Los
que más nos han gustado son estos. Una huevera que hemos pintado con
acuarelas cada hueco de un color, luego ponerle los números con el
rotulador y llenarlo de cositas pequeñas como perlas o botones.
O
este con lápices de colores y flechas, ha sido muy guay.
Y
ésta que había que repetir las formas y colores que venía en el
papel.
He
dibujado estas cartas, luego se juntan el dibujo con el número
correspondiente y después hemos dicho lo que hay en el dibujo en
castellano y en inglés. Leire por su propia iniciativa también lo
dijo en valenciano, lo cual me alegra. Así repasamos a la vez el
vocabulario.
Algunas
actividades me han enviado desde el cole y no hemos hecho por falta
de tiempo o porque no le enganchaba y otras he ido encontrando en
Instagram. Aquí te dejo unas de cuentas de Instagram que yo sigo y
que publican actividades muy divertidas y útiles: @aprenderconellos,
@hechoparapekes
y @_lorena_oh.
Para
trabajar el inglés, hemos estado utilizando el app de Lingokids que
está muy bien y entretenido. El progeso se nota un montón. Y
además, como yo estudié magisterio musical, cantamos canciones en
inglés con el ukelele.
Podéis
ver lo que hacemos en mi
canal de Youtube.
Espero
que os haya servido y que disfruteis el tiempo con vuestros peques
haciendo actividades. Pero ojo, siempre cuando ellos estén
predispuestos. No sirve de nada obligarlos cuando no tienen ganas de
hacer una concreta actividad. Cuando a Leire no le apetece hacer
alguna actividad que requiere mucha concentración y de estar quieta
y veo que necesita despejarse o moverse, me invento sobre la marcha
alguna otra que encaje mejor con su estado de ánimo y con las
necesidades de movimiento que tiene.
¿Qué
tal con los deberes y tareas en casa? Nada me haría más feliz que
leer vuestros comentarios. Y no olvides de compartirlo con tus amigos
que necesiten estos consejos.
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