El
diario de los cabernícolas, semana 2.
Aquí
seguimos ya dos semanas con el confinamiento, metidos en la cueva con
mi pequeña de 4 años, su padre y yo.
Por
un lado, he descubierto que este mal tiene también su cara
positiva, en forma del tiempo que nos han regalado para estar juntos,
aprender juntos, explorar los límites de nuestra imaginación, de
paciencia, de aceptar las cosas. Mi hija Leire ha sido la que mejor
se lo ha tomado y creo debemos aprender de los niños.
Voy
a nombrar todas las cosas positivas del confinamiento que se me han
ocurrido.
A
los niños les encanta hacer actividades con los papás, posiblemente
no teníamos tanto tiempo para esto cuando iban al cole. Nuestra
rutina diaria consistía en llevarles a las 9 al cole, a las cinco de
la tarde íbamos al parque a jugar, a las siete a casa; tocaba el
baño, ponerse el pijama, jugar un rato mientras preparaba la cena y
después el cuento y a dormir. Ya veis, para jugar juntos,
prácticamente no nos daba tiempo. Ahora podemos prestarle atención
individualizada, cosa que en el colegio, con 25 niños por aula
evidentemente no pueden hacer. Enseguida me doy cuenta cuando hay que
repasar algo, cuando no ha entendido algo y se lo explico y así no
pierde el hilo.
Mi
niña en el cole se siente un poco tímida e insegura hablando y no
le gusta el alboroto. En casa, después de una semana, se le nota un
avance importante en el nivel de habla y se expresa con mucha
seguridad. Bueno, no para de hablar, jiji
Aprendemos
todos los días algo de inglés. En el colegio donde iba antes de
mudarnos, en Navarra, se les hablaba inglés casi todo el día. Y se
notaba. Aquí en Alicante, la verdad que con las dos clases de inglés
a la semana, no noto mucho avance, además de que se ha añadido otra
lengua más, el valenciano, lo cual hace que la niña que ya tenía
que aprender castellano, estonio (la lengua materna que tampoco le
puedo dar mucha caña con todo el babel de idiomas que hay), inglés
y ahora también valenciano, su pobre cabeza tiene un buen lío. Lo
que sí tengo claro que para su futuro, necesita saber bien de inglés
y castellano perfecto tanto hablado como escrito y que me parece que
este trabajo tendré que asegurarlo en casa.
Volviendo
a las actividades en inglés, hacemos actividades acompañando con
canciones, por ejemplo; para lavar los dientes cantamos “This is
the way we brush our teeth”, para recoger los juguetes cantamos
“Clean up, clean up, everybody let's clean up”. Así los pequeños
se asocian la actividad con el vocabulario sin darse cuenta.
Pintamos
objetos y los nombramos en inglés. Buscamos un objeto entre otras
cosas, por ejemplo le digo que busque la estrella entre muchos otros
dibujos y lo apunta con el dedo, hablando en inglés, por supuesto.
Jugamos con el app @Lingokids, me encanta y también le gusta a
Leire. Para ella es un juego, pero está aprendiendo muchas palabras
y canciones y solo llevamos una semana. Probarlo, hay más apps, yo
he descargado este, la versión gratuita y con esto de momento nos
basta.
Para
mantenernos en forma, hacemos yoga en casa. Cada uno a su manera.
Para ella le he puesto vídeos de youtube de Smile and Learn para
hacer posturas de animales y otro vídeo para aprender “saludo al sol” acompañando con una canción, es chulísimo. La
verdad que en un piso pequeño y lleno de cosas, prácticamente no
tenemos sitio para hacer gimnasia, pero de momento nos apañamos
saltando en la cama, saltando a pata coja, haciendo yoga y jugando al
pilla-pilla.
Antes
no tuvimos nada de tiempo para que mi niña participe en las tareas
de casa, para que vea esa parte del día de cuando mamá o papá
están limpiando, preparando la comida, haciendo la colada, etc. A
los niños les encanta sentirse útiles y participar. Ayer me pidió
fregar los platos y se trajo su escalón para llegar al fregadero.
Fue un poco desastre, pero bueno, lo intentó. El otro día hicimos
tortitas, las masa la hizo ella solita y le encantó. Eso de mezclar
cosas a los niños les chifla.
Pero
la vida de los cabernícolas a veces es también desesperante. Parece
que hasta el tiempo se ha puesto en nuestra contra. Aquí en
Alicante, yo no recuerdo que haya habido tantos días de frío y
lluvia seguidos. Ni siquiera hemos podido salir al balcón. Y hay
gente que no tienen ni siquiera un balcón. A veces me pongo a pensar
en todos los niños que no pueden salir a tomar un poco de aire y
moverse y se me encoge el corazón. Siento que se nos han quitado la
libertad. No entiendo que un perro tiene derecho a pasear y un niño
no. Yo soy de Estonia y allí los niños también estudian a
distancia ahora. Les recomiendan actividades al aire libre, por
ejemplo, las clases de ciencias naturales consisten en salir a los
parajes naturales con los padres, actividades deportivas se hacen al
aire libre. Es importante mantenerse fuertes y sanos y tomar todo el
sol que se pueda para tener las defensas altas. ¿Tiene sentido,
verdad?
Y
nosotros todos aquí encerrados, ¿qué pasa con nuestro salud físico
y sobre todo mental? ¿Cuántos meses podemos quedarnos en la cueva
sin volvernos majaras? Nuestras defensas con tanto estrés y miedo
que nos están metiendo con las noticias que nos bombardean a todas
horas, van a caer bajo mínimos.
Siento
por desahogarme así, pero lo necesitaba. Tú también lo necesitas y
quiero que lo hagas en los comentarios, cuéntame cómo lo estáis
llevando, lo bueno y lo malo.
Totalmente de acuerdo, poder salir con los niños, de la manera que fuera, a la Naturaleza sin interactuar con nadie..Sería un desahogo importante y considero que necesario
ResponderEliminarSí,a ver si van a pensar también en las necesidades de los niños, en Italia ya lo han conseguido.
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