Supongo
que cada uno de vosotros que tengáis hijos pequeños habéis
ingeniado un plan estratégico para dormir vuestros niños.
Yo
si me pongo a recordad cuando era pequeña y llegaba la hora de
prepararse para ir a la cama, me sentí insegura, porque la noche era
un mundo desconocido y un poco aterrador al que tenía que
enfrentarme yo sola. Para eso necesitaba una preparación especial;
no podían faltar unos elementos muy importantes como mi peluche (yo
tenía un elefante azul), uno o dos cuentos que me leía mi mamá o
la abuela, una nana y varios besos de mamá.
Ahora,
siendo yo mamá, el ritual de ir a la cama es la parte importante del
día y también uno de nuestros momentos favoritos. Después del
baño, de poner el pijama y de lavarse los dientes, que a menudo se
convierte un caos, llega la calma.
Ésta
es nuestra estantería de libros de cuentos. Primero elegimos los
cuentos. A veces mi hija Leire me trae un montón de libros y los amontona en la
mesilla de noche y yo me río.
-
De verdad, Leire, vamos a poder leer todos estos libros esta noche? -
le pregunto incrédulo.
Entonces
nos metemos en la cama. A veces es un bien momento de repasar las
cosas que han pasado durante el día. En el momento de salir del cole
le pregunto siempre de cómo le ha ido el día, pero a menudo no me
sabe contar nada y me quedo con ganas de saber qué hacen en el cole.
Sin embargo, cuando estamos a solas, se acuerda de algún detalle o
anécdota y me cuenta sus cosas.
Después
se agarra su peluche y nos ponemos a leer. A veces leo yo y otras
veces me cuenta ella un cuento de memoria o directamente se lo
inventa sobre la marcha; éstos son los mejores. La fantasía de los
niños es algo superior.
En
muchas ocasiones, en vez de leer el texto tal cual, improviso,
describo detalles que se ve en la ilustración, pongo voces a los
distintos personajes y a veces incluso me convierto en un personaje
que sale del libro e interactúa con ella. Es el momento de risas, de
jugar, etc.
Luego,
cuando ya nos cansamos de leer, le canto una de las muchas nanas que
hay en nuestro repertorio. Una nana terciopelada es un vehículo
perfecto para viajar al país de los sueños.
Llegados
a este punto, me gustaría hablar un poco de mi primer libro “Es de
noche”, que pronto saldrá a la venta.
El título me lo dio mi hija Leire, que cuando tenía dos añitos, cada vez que una nube tapaba el sol, me preguntaba que si ya es de noche. Es un cuento en rimas, donde he añadido todos estos detalles importantes para dormir y también algunos animales favoritos de mi hija Leire, como por ejemplo caracoles. En el cuento vemos como todos estos animales se preparan para la noche y al final hay una nana que canta la mamá oso a su bebé. La nana al principio solo eran unas rimas, pero pronto me di cuenta que sin una melodía no sería una nana de verdad, le compuse la música. La canta mi hija y yo con acompañamiento de ukelele. La canción se puede descargar y escuchar en el móvil.
El título me lo dio mi hija Leire, que cuando tenía dos añitos, cada vez que una nube tapaba el sol, me preguntaba que si ya es de noche. Es un cuento en rimas, donde he añadido todos estos detalles importantes para dormir y también algunos animales favoritos de mi hija Leire, como por ejemplo caracoles. En el cuento vemos como todos estos animales se preparan para la noche y al final hay una nana que canta la mamá oso a su bebé. La nana al principio solo eran unas rimas, pero pronto me di cuenta que sin una melodía no sería una nana de verdad, le compuse la música. La canta mi hija y yo con acompañamiento de ukelele. La canción se puede descargar y escuchar en el móvil.
¿Y
cual es el vuestro ritual para ir a dormir? Cuéntamelo en los
comentarios y si te ha gustado el artículo, compartelo y hacemos que
el mundo de nuestros peques sea un poco mejor.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.