12 de febrero de 2020

Nuestro ritual para ir a dormir sin llorar


Supongo que cada uno de vosotros que tengáis hijos pequeños habéis ingeniado un plan estratégico para dormir vuestros niños.
Yo si me pongo a recordad cuando era pequeña y llegaba la hora de prepararse para ir a la cama, me sentí insegura, porque la noche era un mundo desconocido y un poco aterrador al que tenía que enfrentarme yo sola. Para eso necesitaba una preparación especial; no podían faltar unos elementos muy importantes como mi peluche (yo tenía un elefante azul), uno o dos cuentos que me leía mi mamá o la abuela, una nana y varios besos de mamá.
Ahora, siendo yo mamá, el ritual de ir a la cama es la parte importante del día y también uno de nuestros momentos favoritos. Después del baño, de poner el pijama y de lavarse los dientes, que a menudo se convierte un caos, llega la calma.

Ésta es nuestra estantería de libros de cuentos. Primero elegimos los cuentos. A veces mi hija Leire me trae un montón de libros y los amontona en la mesilla de noche y yo me río.
- De verdad, Leire, vamos a poder leer todos estos libros esta noche? - le pregunto incrédulo.
Entonces nos metemos en la cama. A veces es un bien momento de repasar las cosas que han pasado durante el día. En el momento de salir del cole le pregunto siempre de cómo le ha ido el día, pero a menudo no me sabe contar nada y me quedo con ganas de saber qué hacen en el cole. Sin embargo, cuando estamos a solas, se acuerda de algún detalle o anécdota y me cuenta sus cosas.
Después se agarra su peluche y nos ponemos a leer. A veces leo yo y otras veces me cuenta ella un cuento de memoria o directamente se lo inventa sobre la marcha; éstos son los mejores. La fantasía de los niños es algo superior.
En muchas ocasiones, en vez de leer el texto tal cual, improviso, describo detalles que se ve en la ilustración, pongo voces a los distintos personajes y a veces incluso me convierto en un personaje que sale del libro e interactúa con ella. Es el momento de risas, de jugar, etc.
Luego, cuando ya nos cansamos de leer, le canto una de las muchas nanas que hay en nuestro repertorio. Una nana terciopelada es un vehículo perfecto para viajar al país de los sueños.
Llegados a este punto, me gustaría hablar un poco de mi primer libro “Es de noche”, que pronto saldrá a la venta. 
El título me lo dio mi hija Leire, que cuando tenía dos añitos, cada vez que una nube tapaba el sol, me preguntaba que si ya es de noche. Es un cuento en rimas, donde he añadido todos estos detalles importantes para dormir y también algunos animales favoritos de mi hija Leire, como por ejemplo caracoles. En el cuento vemos como todos estos animales se preparan para la noche y al final hay una nana que canta la mamá oso a su bebé. La nana al principio solo eran unas rimas, pero pronto me di cuenta que sin una melodía no sería una nana de verdad, le compuse la música. La canta mi hija y yo con acompañamiento de ukelele. La canción se puede descargar y escuchar en el móvil.

¿Y cual es el vuestro ritual para ir a dormir? Cuéntamelo en los comentarios y si te ha gustado el artículo, compartelo y hacemos que el mundo de nuestros peques sea un poco mejor.

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